Bajo el peso de una pena
de una pena que no es mía
con el alma hecha pedazos
voy camino de la vida.
No tengo la culpa de haberte querido
no tengo la culpa de no sentir ya
la pobre de mi alma como un organillo
viejo y sofocado no puede cantar.
Me queda el recuerdo de lo que he sufrido
me queda el olvido, me queda el azar,
tal vez en el juego que la vida tiene
otra mujer viene tu hueco a llenar.